Basada en un hecho real ocurrido en 1850, narra la historia
de Solomon Northup, un culto músico negro -y hombre libre- que vivía con su
familia en Nueva York. Tras compartir una copa con dos desconocidos, Solomon
descubre que ha sido drogado y secuestrado para ser vendido como esclavo en el
Sur en una plantación de Louisiana. Renunciando a abandonar la esperanza,
Solomon contempla cómo todos a su alrededor sucumben a la violencia, al abuso
emocional y a la desesperanza. Entonces decide correr riesgos increíbles y
confiar en la gente menos aparente para intentar recuperar su libertad y
reunirse con su familia.
Película dura, intensa, algo sobrevalorada, poco aporta desde mi punto de vista a este tema tan vergonzoso en la historia de la humanidad.
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